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Comunicación Visual

Imperialismo Cultural y su Impacto en la Globalización

El imperialismo cultural en la comunicación es una teoría de enfoque crítico de la comunicación de masas. ¿Cuáles son los mecanismos para dominar nuevos territorios?

Jueves 9:29 AM
Desde: Ciudad de México

Estimado lector,

La sociedad actual es movida por un poder invisible: La información.

Estamos en lo que Manuel Castells y otros autores como Alvin Toffler llaman «La Era de la Información».

Antes de continuar es importante saber ¿Por qué es importante comprender y estudiar esto?

Mira. Los imperios dominantes de hoy, son construidos mediante un sutil flujo de información, una comunicación en la que seguramente muy poco está dejado al azar y en la que existen mensajes de acondicionamiento insertados intencionalmente; mensajes a través de sonidos, imágenes y demás medios de comunicación que son propagados a nivel global.

La comunicación visual, que nos compete a los diseñadores gráficos, tiene todo un repertorio de teorías y corrientes que hay que estudiarlas. El imperialismo cultural es una de ellas, un enfoque crítico de la comunicación de masas.

Hay tres mecanismos con las que el hombre sabotea sus intentos por comprender a fondo su entorno, son fenómenos que ocurren en la comunicación humana y son:

  1. La generalización
  2. La eliminación
  3. La distorsión

Los medios masivos de comunicación aprovechan estos mecanismos para, por decirlo de alguna forma muy cruda, controlar indirectamente el comportamiento y conducta de las personas.

El imperialismo cultural en la comunicación, es un enfoque crítico en el que se subrayan los peligros de permitir un flujo pronunciadamente unidireccional, desde una sola fuente de información que no recibe idealmente, a cambio, una dosis igual o muy cercana a la que ésta proporciona hacia “al exterior”.

La cultura, a mi entender, es todo un conglomerado complejo de estructuras físicas e ideales; y estos pueden condicionarse, administrarse y dominarse mediante secreciones neuronales bien planeadas, configuradas y distribuidas para impactar en el consciente colectivo, desde  ya sea toda una civilización, una población, localidad, grupo o individuos específicos.

La repetición es la clave

Existen muchas formas de hacerlo. La repetición continua es un artefacto para presionar concepciones sobre la vida, formas de relacionarse y crear individuos dependientes, hiper-consumistas que por sí mismos hagan sustentable a la fuente dominante.

La información y el conocimiento hoy es sin lugar a dudas una mercancía; y eso no tiene nada de malo, se supone que llevamos más de medio siglo “sabiendo esto” – la gran mayoría de personas no – y como diseñadores gráficos, si lo eres claro… si lo piensas a fondo… se puede decir que nosotros mismos somos “knowledge workers” un término atribuido al señor Peter Drucker.

Los “knowledge workers” o “trabajadores del conocimiento”, hoy día son individuos que están valuados por su habilidad de actuar y comunicar con conocimiento dentro de un área específica.

Ellos por lo general sobrepasan la comprensión genérica sobre su área mediante enfocado análisis, diseño y desarrollo.

Usan habilidades de investigación para definir problemas e identificar alternativas. Impulsados por su experiencia y percepción, trabajan para resolver problemas, en un esfuerzo por influenciar las decisiones, prioridades y estrategias de una compañía.

Lo que diferencia el “trabajo del conocimiento” de otras formas de trabajo es su principal tarea de resolver problemas “sin-rutinas” que requieren de una combinación de convergencia, divergencia y pensamiento creativo.

La cuestión de quienes son los trabajadores del conocimiento y lo que el trabajo del conocimiento implica, no obstante, está siendo debatida.

El problema no radica en que el conocimiento y la información sean una mercancía, el problema está en que existe una dependencia comunicacional y en consecuencia de desarrollo de los países en vías de crecimiento hacia los más avanzados.

El torrente desequilibrado del consumo de bienes y servicios de comunicación, es proporcional al desequilibrio económico entre las naciones.


Influencia en los esquemas culturales

La influencia no recae únicamente sobre grupos e individuos más vulnerables de una población, también recaen sobre los productores de mensajes locales. Y tiene mucho sentido, las fórmulas son copiadas casi al pie de la letra por la sencilla razón de que “funcionan” dentro de su área de penetración.

Lo terrible no es que se copien los esquemas de un sistema dominante para machacarlo y “darselo de comer recalentado” a sus iguales culturales. Lo terrible es la implicación de la impotencia y discapacidad de los medios locales para producir esquemas mejores que provoquen desarrollo nacional, lo que  a su vez quiere decir que el control de las culturas dominantes es feroz.

Si observamos cuidadosamente, la conquista no-territorial más bien conquista semántica, se puede lograr prácticamente en cualquier esfera en esta forma de imperialismo:

  • Las tradiciones y costumbres de la gente
  • Las industrias de producción de recursos naturales y artificiales
  • Medios de comunicaciones y transportes
  • Sectores de desarrollo humano (agricultura, ganadería, zonas rurales, pesca y alimentación)
  • La industria militar, protección civil, seguridad pública, la fuerza aérea, la marina
  • La educación pública
  • El sector energético, el ambiente y recursos naturales
  • El sector de la salud
  • El sector laboral
  • Las leyes y la constitución política
  • Gobernación y la economía
  • Los valores, derechos y garantías de los individuos, etc.

El enfoque positivista –vs– enfoque crítico

La corriente difusionista es un enfoque positivista de la comunicación. En este modelo, la comunicación se piensa como una herramienta que puede contribuir al crecimiento con progreso de las naciones subdesarrolladas. La comunicación debería entonces emplearse para contribuir a crear actitudes, enseñanzas, identidad, y el nuevo rol de los individuos para conformarse como una nación desarrollada.

Sin embargo al tratarse de implementar una copia de los modelos aplicados en países desarrollados, éstos no pueden aplicar directamente a naciones en las que no lo permiten sus estructuras sociales.

El desequilibrio entonces es inminente, no sólo porque se requiere de toda una infraestructura y plataformas tecnológicas que puedan aprovecharse, sino también que ello implica generar una dependencia marcada en la que se favorece a las minorías.

Y es lo que vemos en los efectos de la globalización, naciones que conquistan nuevos territorios, no por la fuerza, sino por la ideología y la cultura.

La reflexión es ¿Es esto “malo”? Muchas veces la respuesta directa no es: No, pero tampoco que Si. Es ambas.

Te invito a participar con tus comentarios y aportaciones inteligentes a este tema con el formulario de abajo. Como diseñadores hay que conocer sobre comunicación y como la aplicamos en la producción de mensajes.

Algunas referencias

Sinceramente,
Staff OrigenArts

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