Lunes, 14:28 PM
Azcapotzalco, Ciudad de México.
¡Que hay!
Te voy a pedir que acumules un montón de empaques y envoluturas de chocolates, los metas en una bolsa y luego de eso comiences a observarlos uno por uno.
Cada uno, con ojo clínico de diseñador… luego, te voy a pedir que leas esta breve reflexión a manera introductoria sobre el diseño de envase / empaque.
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Para resolver un empaque hay que pensar en gran cantidad de detalles, por ejemplo en la manera en que los materiales van a estar en contacto directo, en este caso con el chocolate, para que el producto sea confiable y mantenga su aspecto, textura, sabor, etc.
Se deben tomar en cuenta las formas en las que el usuario va a “interactuar” con el empaque y cómo va a utilizarlo – por breve que sea el momento – de tal forma que la experiencia pase desapercibida o bien, sea magnífica.
Además complacer las necesidades de un consumidor para que el diseño del empaque no sea un obstáculo, que más bien sea un facilitador, pero además pensar incluso en los costos para su manufactura, la transportación y la manera en que será exhibido en mostrador para la venta al público dirigido.
Todas esas y otras más son pruebas de ácido que debe pasar el diseño.
Tomar en cuenta también que el cambio en el empaque de un producto puede hacer que su valor real y el percibido se incremente o disminuya por la calidad del diseño y la emoción que puede generar al hacer contacto visual, kinestésico (tanto el tacto como el gusto) con el mismo…
El diseño de envase-empaque es sin duda el montaje de un teatro para tocar directamente la emoción de la gente.