Hace unas semanas escuché una conversación entre dos madres de familia, sus palabras me dieron una idea sobre cómo es que se daña la percepción que se tiene de los profesionistas, por ejemplo de: Diseñadores Gráficos Profesionales.
En unos momentos te voy a contar en breve lo que sucede en el mundo real, lo que piensa gente tan normal como tú y como yo, pero además sabrás los pensamientos de personas que no tienen nada que ver con el diseño que bien podrían ser el «target» de tus proyectos.
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Las escuelas de diseño profesional en la formación intelectual a nivel artístico y científico hacen o logran que la manera de pensar del diseñador, QUE TU PENSAMIENTO, se vuelva sumamente crítico y analítico… no me refiero a un nivel analítico matemático, pero si a capacidades de interpretación con tintes sociales y psicológicos.
Una célula descarriada provocadora de cáncer en nuestra industria se encuentra precisamente en el “desarrollo” torcido de esas habilidades del intelecto:
El Pensamiento Crítico y El Pensamiento Analítico
Sabemos que cualquier idea, cosa u objeto que es utilizada con intenciones negativas pueden destruir… y en este caso, lo pueden hacer con el valor que se guarda hacia una profesión y sus agremiados.
Por ejemplo: El valor de la industria del diseño gráfico en Latinoamérica y el percibido hacia sus profesionistas, es decir, nosotros.
Una simple idea negativa con una minúscula pizca de acciones pueden desencadenar una reacción devastadora.
Voy a retomar ahora sí la conversación de aquellas señoras:
Hablando de Pediatras o de Cómo Sabotear Industrias
Tenemos a Daniela, Mariana y Marisa; tres madres de familia con los problemas y preocupaciones de una madre.
Mariana y Marisa platicaban sobre la hija pequeña de Daniela, hablaban sobre el estado de salud de la niña, de las interminables visitas con médicos, medicinas, remedios y todas esas cosas que viven todas las madres.
Pon mucha atención. Llegado un punto de su conversación, «yo estaba escuchando», comentaban que a la niña ya la habían llevado con por lo menos tres o cuatro pediatras y que ninguno había logrado sanar efectivamente a la niña… cosas de reflujo, leche especial para bebés, estómago, digestión, entre otras cosas.
Y aquí surgió la perla de sabiduría… Lo que me llamó muchísimo la atención:
Decían que con cada nuevo pediatra al que se llevaba a la niña, cada uno, en su investigación sobre el historial médico y el tratamiento usado por su colega previo, en determinado momento el médico de turno se refería a su colega como si se hubiera equivocado en todo.
Indirectamente cada pediatra hacía quedar a su colega anterior como un inepto, como un inútil, un ignorante, un poco-profesional, etc. ante la presencia de aquella madre desesperada y cada vez más desilusionada con encontrar un buen médico. Todo aquello con una inofensiva acción como decir que el pediatra anterior estaba todo mal.
Lo gracioso y triste a la vez es que toda la cadenita de pediatras, a excepción del primero que sin deberla no tuvo a quién culpar – pobre, no hubo quién se la pagara –, habló mal de su colega predecesor.
¿Sorprendente verdad?
Qué triste que desde adentro, tus propios colegas hablen mal de ti y que se refieran a tu trabajo como equivocado, que te implanten una imagen de mediocridad y con ello dañen tu reputación… pero lo peor es que la cadena de culposos y soberbios no solo dañe a un grupo sino a toda una industria. ¡Ejem, ejem! En este caso la industria de la salud.
El momento de la confrontación y las confesiones
Ha llegado el momento más importante en este tema, realízate la siguiente pregunta:
¿Cómo te refieres a los diseños realizados por otro diseñador que no seas tú?
Casi al comienzo hablé del desarrollo del pensamiento crítico y analítico… La verdad es que por dentro se siente el POWER LATINOAMERICANO cuando uno se pone de “intelectualoide” a destrozar punto por punto, línea tras línea, plano tras plano, etc. un diseño que en ese momento calificamos… ¿adivina cómo? … que calificamos como mediocre.
HAY QUE TENER CUIDADO AHÍ.
Yo lo hice hace tiempo y lo recuerdo de forma no muy grata. Incluso amigos muy cercanos ya me traían de encargo preguntándome que opinaba sobre “X” diseño o lo que se le pareciera, anticipando mi respuesta e imitando mi voz diciendo:
“Está todo mal” *Leer en tono gandalla y soberbio*
Creeme, las siguientes palabras son duras, pero son verdad:
¿Quién te crees que eres para calificar y criticar el trabajo de tus colegas?
¡NADIE, NO ERES NADIE PARA HACERLO, NI SI QUIERA LO INTENTES, DATE CUENTA QUE CUANDO LO HACES ESTÁS DAÑANDO EL VALOR DE ESTA INDSUTRIA, EL DE TU TRABAJO Y HASTA LO QUE CAE DIRECTO A TUS BOLSILLOS!
Hay formas de hacerlo, son cosas sencillas de implementar, pero al principio cuesta mucho trabajo empezar a doblegar a ese “intelectualoide soberbio” que se nos desarrolla en esas lecciones de semiótica, hermenéutica, comunicación y todo aquel manojo de “tecnologías humanas” que usamos como máquinas tontas para nuestra “supervivencia”.
¿Cómo hablar sobre el diseño de un colega frente a un cliente potencial?
Aquí lo complicado de todo este discurso. No tengo más palabras en mi mente para este punto que humildad y más humildad. También se me viene a la mente el acto de proposición:
Humildad, Proponer, Mejorar, Ampliar, Sustituir…
Ya que somos buenísimos en retórica –se supone claro–, usemos pues retórica.
Cambiemos paradigmas y controlemos nuestro lenguaje… Sé que por dentro te seguirá doliendo el estómago por las ganas de aguantarte de vomitar si un colega diseñador hizo una magistral popó en un trabajo, pero por lo menos cuida tus palabras con un cliente potencial a tu lado, sobre todo si estás hablando sobre un diseño que tu NO hiciste.
Es más, pensándolo bien con NADIE deberías hablar mal del trabajo de uno de tus colegas por más mal que te caiga, porque él si tiene fama y tú no… o cualquier otro motivo.
Reglas No Escritas de Etiqueta de Diseñadores Profesionales
- Edifica la industria, no la destruyas.
- Cuida tu lenguaje al hablar sobre diseño gráfico con quién sea. Sé profesional.
- Aunque lo seas, no intentes demostrar cueste lo que cueste ser el mejor diseñador del universo al lado de un cliente. Humildad como reliquia. Diseños, no palabras.
- En vez de criticar un trabajo, haz propuestas con fundamento sin atacar. Sé propositivo.
- Habla de “mejoras” en vez de señalar intensivamente errores. Calidad, mejora continua.
- Amplía conceptos del trabajo que “criticas”, más no minimices el esfuerzo ajeno. Aporta.
- Sugiere cambios, sugiere sustituir elementos. Más no borres, taches, elimines. Sugiere, no te impongas a la fuerza.
No se puede criticar, sin insultar a nadie
Twittear
Hazlo, inténtalo, poco a poco…
A mí me va llevando tres años ser consciente de esto, aplicarlo en mi vida y de poder condensar en tan poco espacio todo lo que se puede escribir, porque hay mucho que discutir. Vayamos a la redención.
Confesionario de papel digital
Papel de donde cortar sobre el tema, hay mucho, mucho más… Te sugiero compartas en los comentarios lo que opinas sobre el tema, que compartas experiencias en las que haz “hecho de las tuyas” destruyendo sutilmente a la industria, yo lo hice y no tengo miedo admitirlo.
Escribe tus ideas, aporta soluciones, comparte anécdotas, ayuda a un colega diseñador.
Sinceramente,
Julio R. Flores